Manifiesto por la humanización del nacimiento en
Venezuela
Autor: Dr.Beltran Larez
El
presente documento tiene la finalidad de hacer explícita una postura, una
filosofía, una manera de pensar y entender el mundo (un paradigma) para definir
las bases y conceptos que rodean el término “humanización del nacimiento” que
sirvan para dar sostén a la creación de la Red Venezolana por la Humanización
del Nacimiento: REVEHUNA.
Nacimiento
se refiere al hecho de gestar y parir un bebé, ya sea por parto vaginal o por
cesárea. Abarca como concepto ampliado los períodos antes de la concepción, la
gestación, el nacimiento mismo, el postparto y la crianza inicial. Esta
interpretación permite una continuidad del hilo de la vida, ininterrumpido,
ofreciendo la oportunidad de reconocer un espacio de tiempo trascendental en la
vida de los seres humanos tanto en su dimensión unica y personal como en la
social y universal. Esos tiempos se reconocen como momentos claves del
desarrollo donde todo lo que suceda generará una huella y un efecto perdurable en
la vida, de todos los involucrados, especialmente para el nuevo ser que se
concibe, gesta, nace y cría.
Humanización
se refiere a la interpretación integral y amplia del ser como un organismo biológico, psicológico, social, cultural y
espiritual opuesto a la versión mecanicista propia del pensamiento cartesiano.
Esta forma de pensar fragmenta al individuo y es la base sobre la que se
fundamenta el pensamiento científico actual, es visible tanto en la medicina
como en casi cualquier aspecto de las ciencias y de nuestra cultura occidental.
El cambio al humanizar el nacimiento se refiere entonces a una concepción más
acorde con la visión holística del ser.
Humanización
del nacimiento engloba aspectos médicos, sociales, antropológicos, culturales,
de feminismo y género, de política, derechos humanos y ciudadanía. Hemos de
considerarlo en un contexto ambicioso que no lo encuadre exclusivamente en
lograr un parto natural sino dentro de un amplio proyecto social donde el
bienestar individual se entiende aparejado con el bienestar colectivo.
Humanizar
el nacimiento no es sólo considerar lo obvio: el acto de nacimiento como un
hecho fisiológico y natural tanto como lo son respirar, comer, sudar o
cualquier otro proceso que realiza nuestro cuerpo. Estos procesos fisiológicos
propios de la naturaleza humana no necesitan de intervención externa, a menos
que la patología o la enfermedad alteren su curso. Humanizar es entender y
respetar el proceso fisiológico del nacimiento y favorecerlo, especialmente con
un mínimo de intervenciones. Esta idea es un pilar conceptual para poder
entender que al alejarnos de la fisiología del nacimiento se han generado
consecuencias negativas en la atención de la mujer gestante, parturienta y
puérpera. Es necesario corregir esto para lograr un giro positivo en la salud
reproductiva humana. El uso adecuado y equilibrado de la tecnología alrededor
del momento específico de nacer un ser humano son reconocidos avances en
nuestra evolución cuando se comprueban sus beneficios, se aplican con criterio
y no perturban el parto. Hoy en día la medicina basada en evidencias es una vía
para retornar al camino que respeta la sabiduría femenina para parir. Como dice
A. Tanese “Humanización del parto significa amor y ciencia dándose la mano en
la construcción de relaciones sociales sólidas y respetuosas”.
En
una reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) efectuada en
Fortaleza, Brasil, en 1985, conjuntamente con la Organización Panamericana de
la Salud (OPS) se establecieron recomendaciones para la atención del parto
normal. Del trabajo de los expertos surge un documento, publicado en español en
1996, para la atención y los cuidados del parto normal el cual tiene
especificados una amplia gama de prácticas o intervenciones para evitar las
complicaciones. Dichas intervenciones fueron evaluadas y consideradas como
útiles, inútiles, inoportunas, inapropiadas y/o innecesarias luego que expertos
de diversas regiones del mundo las analizaran bajo las evidencias científicas
existentes hasta el momento. Se establecieron una serie de categorías para
estas intervenciones que definen una posición consensuada mundial que podemos
considerar como propias de la humanización del nacimiento, y como se señala
textualmente: “basándose en la evidencia más razonada disponible, para
emplearlas en la atención del parto normal”.
Adriana
Tanese Nogueira lo expone con claridad cuando escribe:
“Lo
que, en primer lugar, la humanización del parto proclama es la inutilidad y el
daño psicofísico del seguimiento acrítico de rutinas obstétricas durante el
parto (y el cuidado prenatal). Son cuestionadas las normas que, como por
decreto o ley, vienen siendo aplicadas de forma generalizada e impersonal,
haciendo que el hospital y los profesionales permanezcan como actores ciegos e inconscientes
de un actuar sin sentido. Esta realidad seguramente denuncia la falta de
competencia, de recursos y habilidades político profesionales de la
administración hospitalaria en los servicios públicos y privados de salud.”
Resumiendo
a Robbie Davis-Floyd podemor decir que humanizar el nacimiento tiene como valor
medular el cambio del paradigma tecnocrático de la medicina y de la sociedad
actual a otros humanista u holístico que considere: la integralidad del ser
humano (cuerpo - mente - emociones -
espíritu y ambiente), la diversidad e inclusión de otras modalidades curativas
diferentes a la alopatía y de la medicina occidental, el equilibrio en uso de
la tecnología, la curación como meta y no el lucro, la aceptación de la muerte
como una parte de un proceso que llamamos vida. Se incluyen también como
valores: la búsqueda del equilibrio entre las necesidades del individuo y de la
institución; la toma de decisiones basadas en la información compartidas entre
el individuo y el proveedor de salud, considerando la responsabilidad inherente
al individuo en primer lugar; y el lograr la curación enfocada en mantener la
salud y el bienestar a largo plazo.
Humanizar
el nacimiento engloba una implicación psicológica profunda relativa a la
satisfacción y la cualidad positiva o negativa que puede tener la experiencia
del embarazo y del nacimiento en las
mujeres. Este aspecto es reconocido como una parte fundamental de la salud
emocional femenina, con frecuencia olvidada y despreciada por la sociedad
científica actual que privilegia lo masculino y denigra lo femenino. La
vulnerabilidad emocional debe implicar proteger a las mujeres en esta etapa de
su vida e identificarla como una oportunidad que tienen para sanar y
evolucionar emocionalmente, fortaleciéndose individual y colectivamente, aún si
las experiencias de la gestación y el parto son negativas. Atender, respetar y
valorar sus necesidades emocionales es parte fundamental de una atención óptima
en cualquier área de la salud que se requiera. Actualmente la violencia contra
las mujeres es patente en muchos actos u omisiones en el área de la salud. A
pesar de existir legislación y conciencia ciudadana de las diversas formas de
agresión a que son sometidas las mujeres, humanizar el nacimiento es una vía
para eliminar ese fenómeno en lo que a violencia y salud reproductiva se
refiere.
El
aspecto psicológico y emocional tiene una implicación básica en relación al
desarrollo psíquico y social de los seres humanos cuando se refiere al vínculo
afectivo y al desarrollo del apego en la primera infancia. Por tanto, humanizar
el nacimiento es propiciar por todos los medios posibles una interrelación
afectiva con el ser intrauterino y especialmente alrededor del nacimiento, de
modo que se incrementen las posibilidades de conexión entre madres y recién
nacidos, involucrando al padre y a la familia. Esta conexión favorece al máximo
la lactancia materna y la activa participación y crianza en el período
postnatal y en los primeros años. Favorece el desarrollo de individuos sanos y
equilibrados propios de una sociedad mejor.
Humanizar
el nacimiento conlleva inevitablemente a establecer la íntima relación
entre cuestiones de género, feminismo y
derechos humanos. Este movimiento
implica una clara posición donde se establece el equilibrio entre
mujeres y hombres al asumir ellas el poder que la naturaleza les da en un
proceso biológicamente establecido como propio de las hembras. Como nos dice la
partera mexicana Naolí Vinaver López,
“
Las mujeres dando a luz, si tan sólo se les da el espacio, saben que hacer,
cómo pujar. El cuerpo que hizo a este bebé sabe exactamente como sacarlo del
cuerpo y hacerle nacer.” Es un conocimiento grabado en los genes y en el útero
que no tiene relación con el “conocimiento intelectual” de la obstetricia
moderna, masculina y patriarcal. Es un saber femenino que obviamente les da la
profunda conciencia de ser las expertas en nacimientos que contrasta con el
poder cultural y social que otorga la
ciencia, la sociedad tecnocrática actual a los obstetras y a la medicina en
general. El embarazo y el parto son territorios femeninos por excelencia que
han sido arrebatados por una sociedad androcéntrica y que la humanización del
nacimiento reestablece a sus dueñas originarias, las mujeres. El desequilibrio de
poder entre hombres y mujeres se ve confrontado en muchos aspectos de la vida
cultural de los variados grupos humanos. La visión humanizada del parto y el
nacimiento son un aspecto clave para establecer relaciones de género
equilibradas, equitativas y solidarias, no sólo en el acto del nacimiento sino
como ejemplo para muchas otras circunstancias donde la balanza de la relación
entre los géneros debe ser ajustada.
Esta
idea nos lleva directamente a un aumento en la responsabilidad y el
empoderamiento de las mujeres. Asumir a consciencia el embarazo y el nacimiento
de sus hijos implica colocarse en posición de sujeto activo en los cuidados y
decisiones, asumiendo la responsabilidad de las consecuencias y apoyada en un
sistema de salud que la provee de información y soporte científico. Cuando las
mujeres se empoderan del nacimiento de sus hijos ejercen y adquieren
características psicosociales que, citando a
A. Tanese, las ayudan a: pensar con sus propias cabezas; tomar
decisiones por sí mismas; preguntar e informarse al respecto de lo que sienten
necesidad de saber; expresar lo que les incomoda a cualquiera; no aceptar
amenazas, malos tratos ni presiones; respetar sus propios sentimientos; asumir
sus deseos; ser honestas consigo mismas y tener coraje.
Humanizar
el nacimiento es un concepto que es oportuno para detener la agresión y
violencia contra las mujeres. Esta violencia durante el nacimiento se expresa
como una violación de sus derechos humanos en una sociedad que las desvaloriza,
inferioriza, explota y agrede en el ámbito privado y público con la aceptación
consciente e inconsciente de sus miembros. Es un concepto oportuno para detener
la visión explotadora y como bien de consumo en la cual se ha enmarcado la
atención del nacimiento buscando como valor medular una humanización del parto
al alcance todas las mujeres sin diferencias por su etnia, religión, ideología
política, estatus socioeconómico, color de la piel u otro aspecto que pudiese
considerarse discriminatorio. Y esta terrible situación se extiende y evidencia
en forma similar en las relaciones y el trato que esta sociedad ofrece a bebés
intrauterinos, recién nacidos y durante la niñez en general. El débil apoyo
social y profesional para la lactancia materna; las leyes insuficientes para garantizar
el inicio y la continuidad de la misma; la tolerancia al estímulo y promoción
de la leche de fórmula y los alimentos infantiles inadecuados y hasta
peligrosos (evidenciando su interés en el lucro) son ejemplos tristes de esas
acciones que afectan negativamente y deshumanizan los cuidados del ser humano y
del planeta.
Humanizar
el nacimiento desde el punto de vista cultural tiene que ver con el respeto que
merecen creencias, rituales y valores de cualquier grupo humano. Esos aspectos
merecen especial consideración cuando la mujer que se presenta ante el
proveedor de salud solicitando atención en salud reproductiva pertenece a una
cultura diferente a la de este. La comprensión, empatía, el respeto y la
adaptabilidad hacia esta persona y su cultura deben ser los criterios que guíen los cambios y ajustes
necesarios para lograr la mejor experiencia del nacimiento en esos casos.
Humanizar
el nacimiento y el rol activo, consciente y responsable de la mujer en el mismo
provoca el retorno del poder de ese acto femenino a la mujer misma. Esto trae
consigo un hecho de igual trascendencia
que es el retorno de una figura fundamental como proveedor de salud
reproductiva y de la atención durante el nacimiento: la partera. Y de otra
figura eminentemente femenina rescatada en la postmodernidad que acompaña y
apoya emocionalmente a sus pares: la Doula o facilitadora del nacimiento. Ambas
representan un cambio profundo básico de la humanización del nacimiento,
asumiendo el control y las decisiones que han estado, como por dogma religioso,
en posesión de la ciencia y el patriarcado representado por la medicina y los
médicos.
Al
humanizar el nacimiento debemos incluir las opciones en nuevos espacios, que
basados en los estudios y evidencias científicas, representan un camino para
mejorar la atención en la salud perinatal. Esto se refiere a parir en el
domicilio, en centros de nacimiento u otros ambientes nuevos donde el manejo y
el control de los mismos esté en manos de las propias mujeres. Las parteras,
las Doulas o facilitadoras del nacimiento y los profesionales de la medicina
adaptados y capacitados para la atención del parto en esos espacios constituyen
un equipo de salud que ya ha probado su utilidad, eficacia y funcionalidad.
Ellas son capaces de decidir la oportuna referencia a centros adecuados en caso
de presentarse la necesidad de la consulta especializada o del traslado,
trabajando en armonía y sinergia con el sistema de salud. Es posible facilitar
en estos ambientes el retorno del verdadero poder a las comunidades mismas, más
cercano a los verdaderos y legítimos intereses de la gente.
Este
manifiesto se apoya conceptualmente en las leyes y normas propias y actuales de
la legislación de la República Bolivariana de Venezuela y en los derechos de la
Madre y el Bebé señalados por la Iniciativa Internacional del Nacimiento
Madrebebé transcritos como apéndice a este documento. Han sido inspiración para
redactar el mismo los escritos anexos en las referencias y los autores citados.
APENDICE
.-
Derechos MadreBebé
(extraido
de la Iniciativa Internacional del Nacimiento MadreBebé)
1. Usted y su bebé
tienen derecho a ser tratados con respeto y dignidad.
2. Usted tiene el
derecho a involucrarse y estar totalmente informada acerca de sus cuidados y de
los de su bebé.
3. Usted tiene el
derecho a recibir información en un lenguaje y terminología que usted entienda.
4. Usted tiene el
derecho al consentimiento y al rechazo informado de cualquier tratamiento,
procedimiento y de cualquier aspecto de sus cuidados y de los de su bebé.
5. Usted
y su bebé tienen derecho a recibir los
cuidados adecuados que incrementen y optimizen los procesos normales del
embarazo, parto y post parto bajo el modelo conocido como el modelo de atención
de la partería (o madrebebé)
6. Usted y su bebé
tienen derecho a recibir el apoyo continuo durante el parto y el nacimiento de
aquellas personas que ustedes elijan.
7. Usted
tiene el derecho que le ofrezcan medidas no farmacológicas para el alivio del
dolor y para su confort durante el parto y de recibir los beneficios de esas
medidas con la explicación para usted y
sus acompañantes del significado de su uso.
8. Usted y su bebé
tienen derecho a recibir cuidados consistentes en procedimientos basados en
evidencias que han probado ser beneficiosas en apoyar la fisiología normal del
trabajo de parto, parto y postparto.
9. Usted y su bebé
tienen derecho a recibir cuidados que busquen evitar procedimientos e
intervenciones potencialmente peligrosos.
10. Usted tiene
derecho a recibir educación concerniente a la prevención de las enfermedades y
sobre el medio ambiente saludable.
11. Usted tiene
derecho a recibir educación sobre la sexualidad responsable, planificación
familiar y sobre los derechos reproductivos de las mujeres tanto como el acceso
a las opciones de planificación familiar.
12. Usted tiene
derecho a recibir apoyo en los cuidados prenatales, intraparto, postpartum y de
los cuidados del recién nacido que promuevan su salud física y emocional dentro
del contexto de las relaciones familiares y del medio ambiente comunitario.
13. Usted y su
bebé tienen derecho a recibir tratamientos de emergencia basados en evidencias
para las complicaciones que pongan en riesgo la vida.
14. Usted
y
su bebé tienen derecho a ser atendidos por un número pequeño de
proveedores de salud quienes colaboran entre sí en los límites de
diferentes disciplinas
culturas e instituciones los cuales proporcionan interconsultas y
facilitan
traslados en sus cuidados cuando sea necesario y apropiado hacerlo a
otros
especialistas e instituciones.
15. Usted tiene
derecho a estar informada y conocer como acceder a los servicios comunitarios
disponibles para usted y su bebé.
16. Usted y su
bebé tienen derecho a recibir el servicio de proveedores de salud con
conocimientos y habilidades para apoyar la lactancia materna.
17. Usted tiene
derecho a ser educada en relación a los beneficios y el manejo de la lactancia
materna y ser entrenada en cómo amamantar y como mantener la lactancia a pesar
de que usted y su bebé deban separarse por razones médicas.
18. Usted y su
bebé tienen derecho a iniciar la lactancia materna dentro de los 30 minutos
después del nacimiento, de mantener el contacto piel con piel durante al menos
la primera hora del nacimiento, de realizar alojamiento conjunto 24 horas al
día y de amamantar a libre demanda.
19. Su
bebé tiene derecho a no recibir chupones (chupetes) ni alimentos o líquidos
diferentes a la leche materna, a menos que esté indicado médicamente.
20. Usted tiene el
derecho de ser referida, si está disponible, a un grupo de apoyo de la
lactancia materna, al ser dada de alta del sitio del nacimiento.
LEYES
VENEZOLANAS
Ley
orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia (2007)
Ministerio de salud y desarrollo social de la república Bolivariana
de Venezuela
Ley
orgánica para la protección del niño y del adolescente (1998)
Ministerio de salud y desarrollo social de la república
Bolivariana de Venezuela
Norma
oficial para la atención integral en salud sexual y reproductiva (2003). Ministerio de salud y desarrollo social de la república
Bolivariana de Venezuela
Ley
de promoción y protección de la lactancia materna (2007)
REFERENCIAS
.-
CUIDADOS
EN EL PARTO NORMAL: UNA GUÍA PRÁCTICA
Informe
presentado por el Grupo Técnico de Trabajo ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD
Ginebra. 1996
Departamento
de Investigación y Salud Reproductiva
RECOMENDACIONES
SOBRE TEMAS DE ÉTICA EN OBSTETRICIA Y GINECOLOGÍA
Hechas
por el Comité Para El Estudio de los Aspectos Éticos de la Reproducción Humana
de la FIGO. OCTUBRE 2009
MANUAL
DE ATENCIÓN PERSONALIZADA EN EL PROCESO REPRODUCTIVO
Subsecretaría
Salud Pública. Departamento Asesoría Jurídica. Ministerio de Salud Chile
Trama
Impresores S.A. Primera Edición: Enero 2008
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M
The
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http://www.amigasdoparto.org.br/2007/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=389"
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HYPERLINK "http://mail.google.com/mail/?attid=0.1&disp=attd&view=att&th=1158c91492ac275d"
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15/06/2011
Violência
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Página
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Suplemento
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Odent,
M. From Homo Superpredator
to Homo Ecologicus
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